El poder femenino para nosotras, es una mujer que hace lo que ama, que defiende sus ideas y que lucha por seguir avanzando (cabe aclarar que la lucha, muchas veces es interna); sin importar su ocupación, edad, ingresos o estudios.

Queremos darte la bienvenida al blog de Bohcoco, aquí trataremos temas que te mueven, temas que a lo mejor están en la mente del colectivo y también de los que no se habla tan fuerte, pero que a todas nos interesan. Esperamos tu retroalimentación, tanto si te gustó como si no te agradó tanto. Si hay algún tema que te llame la atención háznoslo saber, buscaremos al experto para hablar del tema que deseas.

En esta ocasión hablaré acerca del poder femenino, “girl power”. Comencemos por definir la palabra femenino, que no es lo mismo que feminismo, pero ese es otro tema que da para rato. Femenino es un adjetivo relativo al femininus que se refiere a aquello que resulta propio, relativo o perteneciente a las mujeres. Por lo tanto, se trata de algo o alguien que dispone de las características distintivas de la feminidad. 

Ahora vamos con poder; del latín posere. Inconscientemente el común de las personas al decir poder pensamos en algo masculino, algo de fuerza, es entonces que “poder femenino” a muchas nos sonará contradictorio o simplemente no nos checa, en cambio a otras nos vibra fuerte. 

Desde mi perspectiva el poder femenino nada tiene que ver con la super ejecutiva o la gran empresaria. Éstas son pocas y no representan al grueso de la población femenina. Para mi el verdadero poder femenino es la energía que se encuentra dentro de nosotras y no es necesario demostrárselo a nadie; solo se necesita que cada una sepa que está ahí y que puede salir en cuanto lo decidamos. Es la energía que brota justo cuando creemos que ya no podemos más, justo cuando la vida nos presenta las pruebas más difíciles, esa fuerza interior que ni siquiera nosotras sabíamos que teníamos y que posee la mujer que tuvo que dejar a su bebé enfermo con su mamá para poder ir a trabajar, o la madre soltera que trabaja doble turno para sacar a sus hijos adelante. Mujeres comúnes y corrientes, mujeres normales de carne y hueso, no super mujeres que poco tienen que ver con la realidad; mujeres que encontramos en las oficinas, en las fábricas, en los talleres de costura y en cada uno de los hogares latinos. Que pese a estos momentos a veces no tan fáciles continúan con alegría sonriendo y disfrutando de su existencia sacando esa esencia femenina para combinarla entonces con el poder femenino.