Vamos a hablar claro, esas pestañas “fakes”, tupidas y largas que tuvieron su furor hace 5 o 6 años, ya no van, y no van porque estamos buscando la opción más natural, recuerden; menos es más, hasta en las pestañas.

Entonces nos dimos a la tarea de buscar la opción saludable, accesible y sobre todo que sí funcionará.

Encontramos que nuestro maravilloso aceite de ricino, conocido por sus numerosos beneficios para el cuidado del cabello y las pestañas, es la mejor opción.

Promueve el crecimiento de las pestañas. El aceite de ricino es rico en ácido ricinoleico, un ácido graso que tiene propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas. Aplicándolo en las pestañas, estimula el crecimiento de nuevas pestañas y fortalece las existentes, lo que a la larga resulta en pestañas más largas y gruesas con el tiempo.

Hidratación y fortalecimiento. El aceite de ricino actúa como un humectante natural para las pestañas ayudando a retener la humedad y previniendo la sequedad y la fragilidad. Al nutrir las pestañas con aceite de ricino, se vuelven más flexibles y menos propensas a romperse o caerse. Esto puede llevar a pestañas más saludables en general, con una apariencia más voluminosa y brillante.

Simplemente con un hisopo aplicas el aceite de ricino en el nacimiento de tus pestañas y en el contorno de las cejas, como siempre, la constancia es la clave del éxito.

¡En siete u ocho semanas estarás viendo resultados, pestañas más largas, y tupidas!